martes, 21 de junio de 2011

Carta blanca. O lo que una novia nunca nos dejaría hacer

O eso al menos parece que en los Estados Unidos puede pasarle a un tío. Os comento:
Que dos hombre hechos y derechos, casados con dos preciosas mujeres por cierto y padres de familia, no puedan reprimirse en público de su pasión por el sexo y las mujeres, hasta tal punto que sus parejas les concedan una semana de desmadre sin necesidad de explicar nada después sería toda una utopía en la realidad. Pues bien los americanos nos enseñan qué podría pasar si se llegara a tal caso. Y es que la vuelta de los hermanos Farrelly al cine resulta demasiado descabellada sobre el papel; la sucesión de gags (menos ingeniosos que los de antaño) no ayuda a que la historia fluya y ésta se queda aislada de su propósito inicial.
Para entendernos, el protagonista Owen Wilson (ciertamente mejor en la notable Medianoche en París) alardea junto a su amigo, quizás el mayor aliciente el descubrimiento de Jason Sudeikis, de su masculinidad siempre que puede, éstos junto a sus demás colegas pasarán una semana entera en busca de chicas y/o mujeres con las que divertirse. De esta premisa son todos los chistes, alguno muy zafio y otros muy ácidos (cosecha propia de los Farrelly); ciertamente el film resulta mejor que sus últimas incursiones en el cine como "Pegado a tí" o "Amor en juego"con decadentes Greg Kinnear y Jimmy Fallon en mi humilde opinión y algún que otro personaje puede empatizar con el público pero al final a la película se le va la mano, ni siquiera resulta tan divertida como al principio parece.
No es "Algo pasa con Mary" pero su labor cumple al menos, la de entretener, aunque al respetable le parezca poco para la calidad contrastada de los Farrelly. La colección de canciones escogidas por los directores es otro punto a favor del film.
Un secundario de lujo como Richard Jenkins nos regala lo mejor del film sin duda.
Puntuación: 6 sobre 10

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