lunes, 7 de febrero de 2011

Crítica de "The fighter"

El boxeo siempre ha sido carne de película desde que Chaplin o Keaton triunfaron en el cine mudo. Luego, Hollywood fue tirando con historias de superación o biografías sobre boxeadores legendarios, véase Rocky o Toro Salvaje, respectivamente y por último existen otras joyas más amargas que no tienen de fondo una historia real, como el caso de Fat City, The boxer o Million dollar baby.
La que nos ocupa, en cambio, sí es una historia real, la de dos casi hermanos unidos a un mismo deporte, a una misma causa.
El mayor, magistral Christian Bale, interpreta a D.Eklund, emergente promesa que tumbó a Sugar Ray Leonard allá por el 78 y que en los '90 no es más que una miseria humana adicta al crack. El menor, difícil papel de Mark Wahlberg, aspira a ganar algún combate, su labor sirve para que asciendan otros.
El resto de personajes no desentona, siendo de destacar el papel de madre sobreprotectora de Melissa Leo, que está que se sale en cada escena. Es la madre quien tiene unida a la familia, ha tenido nueve hijos, siete chicas y dos chicos, y es con el mayor, con Dickie, con quien guarda más cariño y afecto.
Este afecto se pone de manifiesto en todo el film, el más querido y mimado es su hijto mayor, a sabiendas que está destrozando su vida a causa de las drogas.
Micky Ward, el menor, el luchador del título de la película, lo sabe pero se lo calla. Sabedor que no puede llegar a ser como su hermano, lo acepta pero su vida no termina de arrancar sin ganar ni un sólo combate, separado de su mujer y con una hija a la que apenas ve.
Casi todo el metraje se centra en las difíciles relaciones familiares y afectivas. Todo da un giro cuando el hermano mayor observa un documental suyo en la cárcel. Es ahí cuando comienza la historia de superación, pero de superación para los dos hermanos.
No quiero herir a nadie pero se me hace complicado ver a dos cazurros (basto,torpe..) tratados como héroes en este film y quizás hubiera sido más conveniente haber filmado los combates que Micky tuvo con el canadiense A.Gatti, esos sí que fueron memorables. En lugar de eso, lo que prima es la soberbia actuación de Bale, que tiene todos los tics de un drogadicto y que se come literalmente la pantalla; más complicado a mi parecer es el papel de Wahlberg puesto que a penas gesticula, traga y traga sin poner freno a las situaciones y es dominado por su madre primero y por su novia después, no toma ninguna decisión hasta el final mientras que el papel de Bale es más jugoso y se le puede dar mucho más juego gracias a sus excesos.
Como película actoral y de emociones, está bien; como película de boxeo no tanto. Es un film bien interpretado pero mal escrito y dirigido, se podía haber hecho una historia perfecta, con mucha mayor profundidad y lo que nos queda es algo para pasar el rato, disfrutar con las actuaciones y poco más.
Por último un dato curioso: el cine español se lleva un gran palo, ¿qué pensará Fernando Trueba?

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